Incluso en la fase de adquisición del alambre en bruto, solo consideramos las mejores fundiciones de acero para nuestros alambres ultrafinos. En general, deben refundirse hasta tres veces para conseguir la calidad requerida. Ello se debe a que cada impureza de la estructura reduce la calidad final del alambre.
Recibimos los alambres en bruto con un diámetro de 0,9 mm. Este alambre se reduce hasta los 0,2 milímetros en un primer paso que consta de varias etapas. Durante el trefilado, el alambre se comprime fuertemente en el conformado en frío. En la estructura endurecida se realiza un recocido blando hasta alcanzar el diámetro final para su posterior procesamiento.
En las máquinas pasadoras, el diámetro del alambre se reduce hasta el diámetro final en otras 25 a 39 etapas.
El siguiente recocido por recristalización influye en las propiedades reales del alambre. Estas dependerán de las necesidades de la fábrica de tejidos.
En el control final, se lleva a cabo una inspección visual de la superficie del cable, una comprobación mecánica con un diagrama de tensión y una comprobación del diámetro y de la posición del alambre.